En 1989 empieza la labor de la Fundación con el Programa de Becas Académicas. Con el lema Educar es liberar, la Fundación busca el empoderamiento de los jóvenes a través de la educación. Esta es la razón por la cual el programa se mantiene hasta la actualidad y exige de los beneficiados un promedio de calificaciones de muy bueno a excelente. El trabajo con los becados es integral, ya que no solo se otorga una ayuda económica para que cursen los estudios, sino que también se hace un seguimiento al estudiante y a su entorno familiar, tanto en la parte académica como personal. Además, se realizan varios talleres al año, donde se tratan temas de relevancia para las familias: drogadicción, nutrición, relaciones interpersonales, etc. También se organizan sesiones de cine y espacios de sano entretenimiento para los becados.